La difusión de videos que muestran la actuación de Michelle Bachelet durante la madrugada del 27 de febrero del 2010 ha causado malestar en sus adherentes. No es para menos, lo que se ve no es halagador. Cercanos a la ex-presidenta han tratado de calificar la difusión de dichos videos como una operación política. Se usa el adjetivo “político” para descalificar, ¿pero qué otro tipo de operación puede darse en una situación de cómo esta? Corresponde que en política haya operaciones políticas, no estaría bien que hubiese otra clase de operaciones, económicas, por ejemplo.
Antes de descalificar una operación política sin más, conviene juzgarla por su contenido. Esta operación en particular no parece ser objetable: se trata de personas que abiertamente han dado a conocer imágenes que revelan a ciertas autoridades en su actuar público. Si tras ver uno de estos videos la imagen de alguna autoridad queda por el suelo, es otro problema.
Lo objetable, por parte de quienes tienen algo que perder, sería la intención con la cual se han publicado los videos (destruir la imagen de una persona). Pero antes de juzgar intenciones hay que ver los hechos. Podría decirse que si se muestra una verdad relevante, la imagen no queda destruida sino descubierta. ¿Es tan malo destruir una imagen falsa para reemplazarla por una que muestra a la persona tal cual es? Pareciera que la verdadera operación política fue la larga construcción de un fenómeno que no era lo que parecía (engañando, a fin de cuentas, a quienes confiaron).
Aunque la intención subjetiva de los diputados que han dado a conocer los videos fuera, subjetivamente, la de destruir una imagen usando otras imágenes (reales, por lo demás), habría que indagar un poco más. Si pretenden eso, será por una razón. Claramente no quieren que Bachelet vuelva a la presidencia, y es razonable suponer que además de las razones partidistas que operan en la política los diputados estén convencidos que el gobierno de Bachelet no fue bueno para el país y que otro tampoco lo sería. Una de las razones que tendrían para pensar eso sería la actuación de la ex-presidenta durante el terremoto y maremoto. Para convencer al público usan imágenes reales de su actuación en ese momento crítico. ¿Es tan grave apoyar una posición con un video?
En todo debate es natural preguntarse por la motivación de un argumento o posición. Pero no hay que confundir esto con su verdad o falsedad. Respecto de lo que ocurrió el 27 de febrero, de lo que se hizo y no se hizo, la ex-presidenta y sus adherentes han preferido el silencio. Es comprensible: nadie quiere asumir responsabilidad por negligencias que costaron la vida a personas. Pero lo importante es si acaso el gobierno anterior fue bueno, si los gobernantes fueron capaces de tomar decisiones adecuadas. Si han sido las pasiones políticas las que sacaron a descubierto lo que algunos han querido ocultar, es bastante menos relevante. Ojalá hubiera en política más operaciones como estas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario