martes, 26 de junio de 2012

De homenajes, justificaciones y manifestaciones

por Federico García (Publicado en El Sur, de Concepción)

Comencemos con esta premisa, para un ejercicio lógico-práctico: “Nunca es justificable violar los derechos humanos”. Seguimos: “Golpear a una anciana es violar un derecho humano”. Concluimos: “Nunca es justificable golpear a una anciana”. Todo claro. Sin embargo, en la práctica encontramos personas que dicen afirmar lo primero, pero que golpean ancianas que se dirigen a ver un documental considerado ofensivo. Se concluye que para algunos se justificaría violar los derechos humanos en ciertos casos (“nunca es justificable violar los dd.hh., salvo que el humano en cuestión vea un documental que me ofende”). Es manifiesto que hoy en Chile hay gente dispuesta a violar los derechos humanos en nombre de los mismos: una contradicción.

Otro ejercicio: “Uno, ya sea como particular o desde el Estado, debe respetar la libertad del otro siempre que no interfiera con la de terceros” (es decir, “si no te gusta [actividad indeseada], no lo hagas, pero no me impongas tu manera de ver la realidad”). Seguimos: “Tratar de impedir que una persona asista a ver un documental en un recinto privado es interferir con su libertad”. Concluimos que algunas personas que dicen afirmar lo primero no son capaces de extraer las conclusiones prácticas que se derivan de ella. Es manifiesto que hoy, en el siglo XXI, quedan en Chile personas dispuestas a imponer su visión de las cosas mediante la violencia, y otros que, sin hacerlo, los celebran.

Las conclusiones de estos ejercicios no deben extrañarle a nadie. En nuestro país hay escasa capacidad de reflexión y razonamiento, y sobra la emocionalidad exacerbada que puede transformarse en actos violentos con facilidad. El remedio podría estar en rigurosas clases de lógica (clásica, y también simbólica, para no dejar fuera a los analíticos), con referencias al silogismo práctico. No está claro, sin embargo, si los necesitados se dejarían enseñar.

No sólo falta capacidad (auto)crítica, además la comprensión de lectura es mala. Nótese, respecto de los casos aludidos arriba, que los organizadores no hablaron de homenajes ni tampoco de justificaciones. Pero un sector del espectro político insistió que se trataba de eso. ¿Error de comprensión? Ese sector, nótese, sólo sabe relacionarse con su pasado mediante el homenaje y la justificación. No admite la más mínima crítica, ni siquiera de parte de los cercanos: sus antiguos miembros son todos héroes, uno de ellos además, el más grande de todos los tiempos. Jóvenes dirigentes le rinden pleitesía al Dictador Caribeño y otros envían sentidas condolencias por la muerte del Tirano Asiático: para los propios sólo hay homenaje. Respecto de sus actos lo único que se ve son justificaciones, nunca hay un distanciamiento o reconocimiento de error (véanse las declaraciones de algunas sobre el Muro). Es comprensible que frente a cualquier acto conmemorativo sólo vean homenajes y justificaciones. Es natural que crean que sus oponentes sean de la misma condición, pero eso es comprensión lectora deficiente y falta de capacidad (auto)reflexiva, y poco más.

1 comentario:

  1. Estimado,

    Me entretienen mucho los ejercicios lógicos y las informaciones que suelen revelar u ocultar. En el caso de la anciana, estoy totalmente de acuerdo. Nada justifica golpear a la gente por pensar distinto a uno y en ese sentido la gente que lo hizo actuó de manera contradictoria.
    Sin embargo, creo que hay que establecer distinciones, no se puede pedir lo mismo a una persona que sufre, que al aparato de estado (no estoy justificando, pero no es lo mismo). Tampoco es lo mismo una persona que pierde el control y comete un acto violento a otra que sistematiza una conducta y monta una estructura para hacerlo de manera repetida. El uso de la violencia física solo debe ser legitimo en manos del estado (en situaciones muy particulares) y por ende es aun mas terrible cuando este lo usa de manera ilegitima, sistemática y dándose los medios para provocar el mayor dolor posible. En ese sentido (y aunque no apruebo la violencia en ninguno de los dos casos) también se puede decir que no hay contradicción, ya que los dos tipos de violencia son de tipo o nivel distinto. Si me carrileo un poco (bastante) yo diría que el uso de la lógica clásica puede producir esquizofrenia en los barberos :-)(que oiga el que tenga oídos).
    El tema de la libertad de expresión, es mucho mas complicado y de hecho no tengo una posición clara. Lo que pasa es que existen otros principios y la expresión puede ser una forma de violencia. De hecho, tengo entendido que muchos países (probablemente la gran mayoría) establecen limites a la libertad de expresión para proteger otros principios (discursos de odio, negación de genocidios, incitación al delito, racismo, injuria, no respeto de la vida privada, difamación, etc.).

    cordialmente

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