martes, 7 de mayo de 2013

Compromiso del alumno de calidad

Como casi todos los estudiantes de Chile, me doy cuenta que hay muchos problemas en la educación. Como me interesa que la educación mejore, por mi propio bien y el de mi patria, quiero hacer lo que esté de mi parte para lograr una educación de calidad. Soy consciente que educación de calidad se desperdicia si no hay un alumno de calidad dispuesto a recibirla. Por eso me comprometo:

-A llegar a clases a la hora, incluso unos minutos antes del comienzo, para que la clase pueda comenzar a la hora. Llegar atrasado sería una injusticia para con mis compañeros, que tienen derecho a una clase ininterrumpida.
-A apagar o silenciar el celular al entrar a clases, por las razones de arriba.
-A no conversar en clases.
-A no jugar juegos en mi teléfono o computador durante la clase, es una falta de respeto hacia el profesor y una distracción para mis compañeros. Si no me interesa la clase, me abstendré de asistir.
-A no faltar a clases por flojera.
-A ponerme al día cuando falte a clases.
-A llegar a clases duchado: mi comodidad no es razón para generar un ambiente desagradable para mis compañeros.
-A no quejarme cada vez que se anuncia una evaluación.
-A leer los textos asignados por el profesor.
-A leer más allá de lo obligatorio: conformarme con lo mínimo no sería buscar una educación de calidad.
-A desterrar el garabato y la vulgaridad de mi conversación habitual: hablar con precisión ayuda a pensar con claridad.
-A ser capaz de conversar sobre otros temas además de fútbol y farándula.
-A buscar los profesores y los ramos que sean más provechosos, no los más fáciles.
-Asistir a clases para aprender, no para pasar el ramo.
-A tratar mi casa de estudios como un lugar serio: que mi atuendo y postura reflejen mi disposición interna de tomarme en serio mi educación.
-A no fumar marihuana, porque debilita mis capacidades cognitivas, necesarias para recibir una buena educación.
-A vivir como si mi educación (de la cual los estudios son parte esencial) fuera lo más importante durante estos años, y no la evasión del fin de semana.
-A aprovechar las oportunidades que me da la universidad: conciertos, coloquios, charlas, sociedades académicas, publicaciones, etc.
-A conocer íntima y extensamente la biblioteca.
-A intentar comprender quienes piensan distinto antes de condenarlos desde una superioridad moral asumida.
-A cuestionar las consignas: el desarrollo del pensamiento crítico es parte de la educación.
-A leer el diario periódicamente.
-A participar en el debate público de manera razonada, no emitir insultos ni en persona ni en foros de internet.
-A inscribirme en el registro electoral.
-A no usar la fuerza en la universidad, que es lugar de la razón.
-A limitar el tiempo dedicado a facebook, twitter, televisión, etc. y aumentar el tiempo dedicado a los libros.
-A no copiar en pruebas ni plagiar en los trabajos escritos: sería la subversión de mi propia educación.
-A terminar mis estudios siendo alguien distinto quien los empezó, y no el mismo joven recién salido del colegio con una capacidad productiva añadida.
-A hacer un empeño serio en comprender la realidad en todas sus dimensiones.

Entiendo que es más fácil pedir que otros cambien a cambiar yo mismo. Comprendo, así mismo, que mi lucha por la educación no tiene sentido si no pongo empeño en ser un alumno capaz de recibirla.

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