Los siguientes rayados han sido vistos en mi universidad o en los alrededores. Queda patente la necesidad de educación de calidad en nuestro país.
“R... P..., A... M... recuerda por qué mataron a Jaime Guzmán.” No concuerda el número del sujeto con el del verbo. Esta oración tiene dos sujetos (plural), pero el verbo está en singular.
“Las elecciones no cambian nada. (Si no te matarían.)” No está claro el sujeto de la oración entre paréntesis. ¿Quiénes te matarían? ¿Las elecciones?
“Filósofo, piensa la educación de tú pueblo.” En este caso, "tu" no debería llevar tilde, porque es adjetivo posesivo.
"En toma CTM." Debería haber una coma separando la frase que indica una situación, y la sigla que apela al lector. De lo contrario, podría pensarse que CTM es una característica de la toma.
"En toma CTM." Debería haber una coma separando la frase que indica una situación, y la sigla que apela al lector. De lo contrario, podría pensarse que CTM es una característica de la toma.
“A destruir la educación capitalista!!” En castellano los signos de interrogación y exclamación se usan tanto al principio como al final de la oración. En inglés, sin embargo, se usan sólo al final.
“Te molesta que raye? A mi me molesta que vo' no hagai ni una wea.” Además del error en el uso de signos de interrogación, hay varios otros errores. En este caso "mí" debería llevar tilde porque es pronombre. "Hagai" debería llevar una "s" final, además de tilde, porque es el subjuntivo presente en segunda persona plural, o segunda persona singular, de "hacer" (hagáis). Ya no es muy usual en Chile, pero es correcto. "Wea" contiene un error etimológico: viene de huevo, por lo que debiera escribirse "huevada". Por lo demás, la letra "w" no es propia del castellano y se emplea en vocablos de origen inglés o alemán.
"E luchando avanza el pueblo." No está claro si hay algo demás o si algo falta.
"Hay que hechar a Piñera." Sin comentarios.
"La lucha suige". Sin comentarios.
"La lucha suige". Sin comentarios.
Aprovecho esta ocasión para agradecer a mi madre que me enseñó a leer, al profesor Pedro Vega, que me enseñó a escribir, a mi abuela materna, a mi abuelo paterno y a tantas otras personas que me leyeron cuentos cuando yo era chico, y así me dieron el gusto por la lectura, a los profesores Roberto Petzold y César García, que me enseñaron a apreciar la poesía, a don José Cortés, un poeta de los números, a los profesores Jorge Leyton y José Araus que me enseñaron ortografía y gramática, a don Roberto Soto, que me inculcó el amor por las palabras, y a todos los que de alguna manera u otra me enseñaron a amar el lenguaje.
Espero que los estudiantes de pedagogía (suelen ser de los más involucrados en paros y tomas) urgidos por el problema de la educación chilena, se preparen lo mejor posible para poder entregar a sus futuros alumnos lo que ellos mismos no han tenido.
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