jueves, 15 de marzo de 2012

Movimientos antisociales

por Federico García (publicado en El Sur, de Concepción)

Las últimas explosiones sociales pueden verse como un descontento con el actual gobierno, como una insatisfacción con el sistema económico o como un intento de pequeños grupos fuertemente motivados para desestabilizar el gobierno y obtener futuras victorias políticas.

Seguramente hay una mezcla de estos elementos; la realidad nunca es tan simple que pueda explicarse sólo por un factor. Si bien es difícil hacer un análisis sin la perspectiva que da el tiempo, se puede ver un problema de fondo como elemento importante en estas erupciones. La falla, si es que se le puede llamar así, parecer ser política o civil.

Por ejemplo, es cierto que las regiones han sido postergadas, pero ¿acaso no tiene cada región igual cantidad de senadores que la Metropolitana? El centralismo en Chile pesa y la política actual no se presta para muchos cambios, pero ¿no son las regiones, frente a la capital, una mayoría aplastante en la Cámara de Diputados? ¿Se puede decir realmente que las regiones, o los jóvenes, no tengan representación (siendo que en el Congreso hay ocho partidos, además de independientes)?

Podríamos preguntar si alguno de los dirigentes sociales actuales ha intentado usar los causes representativos normales de una democracia: escribir al diputado que lo representa (Sandoval y  Alinco para Aysén), pedir audiencia con el Intendente, comenzar una campaña de prensa, lanzar la propia candidatura… Hacerlo así es lento y tedioso, pero es civil y democrático, es decir político y no es necesario destruir nada ni herir a nadie.

Es natural que con el tiempo los partidos –que mueven el sistema político- pierdan agilidad, entonces la tentación de abandonar la política y usar la violencia es fuerte, porque logra resultados rápidos y da una notoriedad difícil de obtener de otra forma. Es alarmante que quienes hacen esto no reciban el repudio general, sino a lo más una reacción tibia de rechazo a sus métodos. Será que hay poca comprensión de la actividad política.

Es contradictorio, además, que algunos pidan a la a la comunidad política ciertos beneficios, pero al lo hagan de modo anti-social. Se hacen demandas sociales, pero desde fuera de la sociedad. Unos sólo tienen derechos y los exigen de cualquier manera, y son otros los que tienen deberes respecto de los primeros, sin el derecho a ser interpelados de civilmente.

El recurso a la fuerza es legítimo, entre otras condiciones, cuando se han agotado todos los cauces pacíficos para lograr un buen fin. Se ve demasiada precipitación en llegar a esto. No parece que la situación del país sea tan grave como para hacer una completa renovación institucional ni que las cosas no puedan lograrse sin violencia.

Es poco probable que las soluciones a los problemas del país (centralización, educación, pobreza) vengan de personas que a la primera abandonan el vínculo político y social, recurriendo a la violencia amparada en un par de consignas. La realidad siempre es más compleja que una frase de barricada y la política, por lenta que sea, es una expresión de eso.

5 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo con la premisa de que la violencia es sólo la ultima ratio. Sin embargo, en el caso de Aysen, no sabemos si los manifestantes agotaron o no la vía democrática del dialogo. No sabemos si intentaron hablar con la autoridad política, y si recibieron o no un portazo en la nariz. Como eso es un misterio (salvo que usted tenga alguna información, señor Larrain), me parece que sus juicios sobre la realidad son tempestivos si no contamos con todos los antecedentes. ¿ Qué pasaría si, por ejemplo, un pescador le respondiera que habló con cuanta autoridad se la paso por frente y nunca fue escuchado? ¿ No creería que ese sujeto tendría todo el derecho a indignarse con usted por enjuiciar sin fundamento?
    Por otro lado, no es cierto el argumento de la composición del congreso. Como usted bien sabe, sus miembros son generados en las cúpulas partidarias de Santiago, en la mayoría de los casos. Además, el senado es sólo uno de los poderes políticos. Otro de ellos, el ejecutivo, es el más importante de acuerdo a la organización constitucional (sistema presidencialista y estado unitario). Ahora bien, el ejecutivo se genera también en SAntiago, y también en las cúpulas partidarias.

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    1. Estimado Don Hugo... el columnista sólo escribe "Podríamos preguntar si alguno de los dirigentes sociales actuales ha intentado usar los cauces representativos normales..." ¿porque dice Ud. que alguien se indignaría si le preguntan eso? ¿porqué tanta precipitación?
      Si el problema lleva tanto tiempo, y han hablado con tantas "autoridades" ¿porqué siguen siendo elegidos los mismos representantes?
      Don Hugo, yo también pienso que el ciudadano (promedio) chileno, se deja pastorear por su diputado y su senador, cuando tendría que ser al revés. Entonces los políticos (la mayoría) sólo los convoca para pedirles el voto cada cierto tiempo y poder pasar después a cobrar. Le aseguro que si apretamos a los congresistas en nuestras regiones, la cúpula se va a las pailas.

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  2. "No parece que la situación del país sea tan grave como para..." Seguro el tipo que escribe esto vive en las condes o vitacura (aunque tal vez me equivoque ya que de vivir allí no diría lo que estoy citando y en su lugar hablaría de los altos indices de delincuencia) y probablemente sea de la clase de personas que piensa y dice que los pobres son pobres por que son flojos (lo cual, siguiendo esta lógica, significaría que la abismal diferencia entre los salarios del 5% mas rico y el 20% mas pobre se debería a que obviamente el primer grupo trabaja mas y mas duro), además de decir, en otras palabras, que la gente de a pie es weona por no saber hacer que los polítiqueros hagan su pega en santiago y valparaiso y por lo tanto no tienen derecho a quejarse.
    Entonces es cosa de ir a un mall, comprar o pedir a crédito un montón de cosas innecesarias, tomar helado y mirar todo lo lindo que nos entrega el mundo del consumo para darnos cuenta que "No parece que la situación del país sea tan grave como para..." (por si no se siente el olor a sarcasmo, lo hago explicito)

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  3. La estructura histórica del poder en Chile (encomenderos, hacendados y aristocracia agraria, plutocracia industrial y la actual, plutocracia financiera y especuladora) no ha permitido, sino hasta la segunda mitad del siglo 20, el "ascenso" de las clases medias. El intento de redistribuir el poder en la década 64-73 fue arrasado a sangre y fuego, manu militari, por los detento5es del poder cuyas fuentes productivas fueron nacionalizadas, con una justa indemnización durante 167 a 1972.
    Las transnacionales, coludidas con los yanaconas chilenos del imperio, corrompieron a los mandos de las F.F.A.A. y desataron la contrarrevolución, volviendo las relaciones de poder a fojas cero, a nivel de 1963.
    Esta relación de poder que se expresa en lo económico, en que el 5% más rico de la población controla el 65% de la renta nacional, en tanto el 20% más pobre accede solo al 2% de la misma, con las correlaciones culturales y políticas pertinentes. Esa es nuestra historia

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  4. El problema que usted no ve o sencillamente elude, Señor Larraín es que en realidad estamos ante una crisis de la política partidista tradicional que tiene muchos aspectos; uno de los más importantes es su falta de representatividad, su atraso con respecto a las necesidades sociales. Si usted partiera por allí no podría escribir nada de lo que ha escrito. Su artículo asume que la falla está, no en la política, sino en los actores sociales y ese es su gran error. El sistema que heredamos de la dictadura no ha sido jamás representivo ni verdaderamente democrático. Si usted prefiere creer que sí lo es, está intrudciendo un sesgo ideológico. ¿Usted cree que bastaría con escribirle a nuestros representantes como se ve en las películas estadounidenses? No sé si usted nos quiere hacer reir o habla por via de su mala fe. Francamente preferiría esto último, porque es imposible creer que su ideas se deban exclusivamente a ingenuidad.

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